El estrés es la respuesta del sistema nervioso a un acontecimiento o a una situación que se percibe como amenaza. Esta respuesta es conocida como mecanismo de lucha o de huida.
Los síntomas del estrés se pueden definir en una serie de patologías que van desde la A a la Z. Según explica el Dr. Rafael Martínez estas enfermedades son la angustia, bulimia, cansancio, colitis, debilidad, dolores de cabeza, espasmos musculares, falta de energía, gastritis, hipoglicemia, irritabilidad, llanto excesivo, miedo inexplicable, neuralgias, obesidad, pánico, retraimiento, susceptibilidad excesiva, tics nerviosos, vértigo, etc.
El estrés también puede clasificarse en dos categorías según su incidencia: agudo y crónico.
Estrés agudo
Se produce cuando la persona experimenta una sensación de peligro inminente no necesariamente de muerte, tal es el ejemplo del estrés al presentar un examen en el colegio o universidad, hablar en público o estar en peligro en un asalto, etc. En algunas ocasiones no va relacionado con el temor e implica sentimientos de frustración, de enojo o de impotencia.
Estrés crónico
El estrés que se prolonga por un largo periodo se denomina crónico y puede aparecer por la unión de diversos acontecimientos estresantes que pueden poner en peligro el bienestar, la salud y la vida de la persona. Los problemas que acarrea el sufrir niveles excesivos de estrés son los siguientes:
– Debilita el sistema inmunológico.
– Aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer.
– Influencia nuestro ánimo y nuestro funcionamiento.
– Distorsiona el ciclo normal del sueño.
– Fatiga y agotamiento.
– Depresión.
– Cansancio extremo.
– Colapso nervioso.